domingo, 5 de febrero de 2012

CARTA 29

¿Cuántos años pasaron de aquellos días en los que te esperaba para ir juntos al colegio? Donde esas mañanas a veces eran más entretenidas o aburridas, divertidas o bochornosas, pero que siempre empezaban con tu saludo. Ese saludo que reunía aprecio, calor y felicidad, que te despertaban y daban ganas de salir a disfrutar un día diferente. Solía ser normal que caminemos a la par sin darnos la mano, hablando de nosotros, riéndonos de aquello que podía ser una pequeñez, pero era a tu lado.

Luego vinieron las tardes. Tardes de mate. Tardes de compartir. Tardes que a uno le apasiona y entusiasma. Los masajes fueron el puntapié para tener contacto con vos, tu calor, tu piel, tus encantos, tus deseos. Aunque los caprichos y planteos fueron apareciendo, eso traía alegría porque luego terminaba en un abrazo y una broma para volver a los buenos tragos.

Uno perdía noción del tiempo y eso llevaba a que cada día sea más largo, porque empezábamos a ver si la luna era llena o media, si las estrellas estaban cerca o se movían. Las cenas o salidas al cine estaban de mas, porque la noche se encargaba de hacer que nos crucemos para tomar una cerveza o acompañarte a tu casa así volvías acompañada. Aunque ambos padecíamos cuando nos encontrábamos con nuestros "amigos".

Lo bueno es que se supo como terminar con eso, por suerte encontramos un punto medio para salir beneficiados los dos y que perdure en el tiempo. Definitivamente besarte fue el mejor silencio que escuche entre los dos. Jamás fue un sueño tenerte, jamás desee a alguien con tus cualidades, porque nunca te imagine. Luego de 7 años cada día es una nueva sorpresa.

Sigo viendo tu sonrisa todas las mañanas, tardes y noches. Ahora tomándote de la mano, conquistado por tu persona y dispuesto a seguir ocupando este lugar que la vida me regalo.

esta carta de amor fue enviada por nuestro amigo de Facebook Nahuel Pedrozi

No hay comentarios:

Publicar un comentario